El 16 de febrero, el gobierno portugués presentó el programa “Más Vivienda”. Sin duda, dentro del paquete de anuncios, el más destacable es el alquiler forzado; esto es que el Estado asumirá el rol de locador: alquilará las viviendas vacías y las subalquilará para que los inquilinos tengan acceso a las mismas con un precio accesible.
Recordemos que durante el año pasado, desde nuestra organización –Inquilinos Agrupados- presentamos un proyecto de ley en la ciudad de Buenos Aires para prohibir la vivienda vacía, luego de 3 meses de desocupada, y la obligatoriedad que pasen a un régimen de Alquiler Protegido gestionado por el Estado.
El gobierno portugués dispuso que aquellos titulares de viviendas vacías que prefieran venderla, el programa “Más Vivienda” les ofrecerá incentivos impositivos para que se la vendan al Estado.
Asimismo, se restringe el mercado de viviendas para el turismo. Solo se van a autorizar nuevas licencias para las zonas rurales, ya no para los centros urbanos. Para los nuevos contratos, se limita el aumento de precio al valor del alquiler del último mes de contrato vencido más el ajuste anual y el valor del aumento de la inflación fijado por el Banco Central Europeo.
La crisis portuguesa
Portugal sufrió una gran crisis durante la pandemia, por ser un país fuertemente dependiente del turismo y la hotelería.
Pero mayor fue la crisis que sufrió durante la gestión de los gobiernos conservadores en la década anterior.
Tomaron una deuda gigantesca con el FMI y la Unión Europea (por 80.000 millones de dólares), que lo empujaron a reducir el presupuesto en salud y educación, recortes en las jubilaciones, liberación de los alquileres de vivienda, y suba de dos puntos más el IVA (del 21 al 23%).
Portugal es uno de los países más desiguales de Europa, con una tasa de pobreza que orilla el 25%. Sin embargo, se convirtió en una oportunidad de negocios de viviendas especulativas, a tal extremo que una de las consultoras más poderosas del planeta, la contable PricewaterhouseCoopers declaró a Lisboa en 2019 como la mejor ciudad para la inversión inmobiliaria, luego del rendimiento fabuloso que tuvo el negocio de la construcción y comercialización o alquiler de viviendas.
Aún durante la pandemia, en medio del parate productivo y turístico, las viviendas aumentaron más de un 20% y la inversión extranjera no se detuvo.
El gobierno socialista portugués tiene un comportamiento compulsivo, reactivo pero fluctuante. Abrió las puertas al negocio, recibió el aplauso del mercado internacional por su generosidad con los inversores, pero se olvidó de su propio electorado, que tiene al acceso a la vivienda como uno de sus pilares reivindicativos. Para el 1 de abril está anunciada una gran movilización nacional por la vivienda, que incluye el alquiler y la disparada de los créditos hipotecarios por la suba de las tasas de interés abruptas de la banca europea. Dos semanas antes de la gran marcha por la vivienda, el gobierno promete formalizar los anuncios que el Consejo de Ministros hizo a mediados de febrero. Los gobiernos tambalean, algunos se hacen los distraídos, otros van y vuelven, buscan salidas sin quedar mal con los poderosos pero se les mueve el piso desde abajo, porque los inquilinos somos cada vez más y estamos mejor organizados en todo el planeta.
Nota complementaria: https://www.portugal.gov.pt/pt/gc23/comunicacao/noticia?i=governo-aprova-pacote-mais-habitacao
